lunes, 1 de marzo de 2010

Empatía y emprendedores

Me llama continuamente la atención la escasísima empatía que existe en nuestra sociedad (en todos los ámbitos), y especialmente cuando uno está intentando emprender algo y tropieza con esta carencia incluso por parte de organismos y entidades que se supone debían disponer de ello en grandes cantidades, ya que tienen como cometido apoyar y promover acciones de emprendimiento.

En mi búsqueda de financiación para las ideas que intento poner en marcha, una de las últimas acciones que llevé a cabo fué la de presentar mis ideas a una competición, la de DESAFIO 22 que comenté en mi entrada anterior. Pues bien he recibido una llamada de dicha organización, en la cual se me emplaza a asistir a una entrevista personal a Ciudad Real (encontrándome en la provincia de A Coruña) para que mis candidaturas puedan continuar adelante, a lo cual yo propongo la posibilidad de realizar la entrevista por videoconferencia, siendome denegada dicha posibilidad al momento... "no es posible, tienes que venir aquí".
Ante esto yo me pregunto lo siguiente: ¿cómo es posible que un evento que está dirigido a emprendedores, personas que normalmente no tienen muchos recursos, obligue a éstos a incurrir en gastos de dinero, tiempo y energía, para hacer algo que es perfectamente posible sin incurrir en dichas exigencias? La competición se encuentra en su primera fase, 145 ideas presentadas, y pretenden que todos nos desplacemos a mantener una entrevista de 15 minutos; incluso los que estamos a más de 1500 km (ida y vuelta). ¿no sería más lógico que dicha entrevista se llevase a cabo después de hacer una preselección, en la cual ya se vea que la idea tiene expectativas de ser seleccionada y entonces dependa de la sensación que transmita el emprendedor?
Pero, no se dan cuenta los organizadores que los emprendedores vamos justitos de fuerzas, como para estar atendiendo a sus "caprichos" sin motivo alguno?
Estamos en el siglo XXI y sin embargo en España parece que todavía estamos a principios del siglo pasado.

Lo siento pero a mí estas cosas me indignan, y el caso es que ocurren a menudo, especialmente en relaciones con la administración.
Señores¡¡ estamos intentando apostar por una idea, arriesgar nuestro patrimonio, lo cual además beneficiará a la sociedad en su conjunto, y sólo nos ponen barreras e inconvenientes.
Una vez más entran ganas de tirar la toalla.

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